La distancia y la ausencia aprendí a comprenderlas

La distancia y la ausencia aprendí a comprenderlas no me golpeaban porque de una u otra forma me traigan tus palabras, tus sueños, tus deseos que eran tan míos, pero hoy, quizás en mis palabras se escapen algunas lágrimas, no las verás, realmente quiero escribir y más allá de que sea una carta triste quiero darte gracias a ti y a mi Dios por permitirme conocer el amor más puro y más bello, la ilusión que llenó mis días, el despertar que acompañaba mis amaneceres, tengo que darte las gracias por darme el poder de ser y haberme convertido en gaviota y mujer, tengo que dar las gracias por haber tenido la virtud de amar y que a pesar de que ese amor estuviese lejano pudiese descubrir tantas cosas maravillosas.